Por Marcelo Di Mitrio, Corredor Inmobiliario
Anthony Robbins, el especialista en desarrollo personal, dice: “Usar el poder de decidir te da la capacidad de superar toda excusa para cambiar cualquier parte de tu vida en un instante”.
Sí, un solo instante para llenarse de ilusiones y proyectos.
Quizás estás pensando en cambiar de casa, dúplex, PH o departamento.
Aquí te mostramos varios aspectos de tu realidad cotidiana que mejorarán cuando tomes la decisión de buscar una nueva propiedad.
1. Los metros cuadrados
Los metros cuadrados de tu casa quizás son pocos. En la familia son 6 u 8, y la incomodidad surge a cada paso.
Tal vez vivan también allí los abuelos, o hay dos adolescentes que ya se merecen tener cada uno su propia habitación.
O podría suceder al revés: los hijos crecieron y sobran habitaciones. ¿Para qué tener tanto espacio libre que implica, también, más costo de mantenimiento, impuestos, servicios públicos y limpieza diaria?
Hay que dejar de lado el sentimentalismo –pero no los sentimientos– y buscar algo ni más chico ni más grande, sino a la medida de las necesidades del día de hoy.
2. Los impuestos y los servicios
Puede suceder que la suma de los impuestos y de los servicios públicos que se abonan por el actual inmueble es muy alta cada mes. Empezaron a incrementarse de a poco y, en el presente, son un parte crucial de los ingresos.
No vale la pena trabajar para pagar eso.
La situación impone, entonces, un cambio de barrio o municipio, o tal vez de cantidad de metros cuadrados.
3. Las expensas
En el actual departamento o PH, los impuestos son razonables, pero las expensas se han visto incrementados de una manera arrolladora en los últimos años.
Además, es posible que algunos propietarios o inquilinos no estén abonando las suyas, y el resto de quienes viven en el edificio deben hacerse cargo de esa incómoda situación de manera solidaria.
En este caso, las expensas abultadas son otra buena excusa para hacer un cambio rotundo. Y para sentir la tranquilidad de que ya no habrá que pagar expensas cada fin de mes. O al menos, no tan exorbitantes.
4. La cercanía con el trabajo y con el resto de la familia
¿Vale la pena viaja 1 hora o 1 hora y media todos los días hasta el lugar de trabajo?
¿Quién devuelve ese tiempo? El tiempo, vale la pena recordarlo, no se puede comprar, ni recuperar ni almacenar.
Es cierto que esas horas son una buena oportunidad para relajarse, escuchar música –o podcasts y audiolibros–, mirar películas y series. Incluso se pueden seguir audiocursos o mirar tutoriales en YouTube.
¿Y el costo del transporte público, o el de la nafta del auto, más el estacionamiento, los peajes, el mantenimiento del vehículo? ¿Cuánto suman?
La distancia con el trabajo y los costos asociados son otro buen motivo para mudarse.
Podría ocurrir, así mismo, que la actual propietaria del departamento o el dueño de la casa trabajen de modo remoto, pero tienen al resto de la familia –hijos, hermanos, padres– demasiado lejos.
La mudanza es la solución.
5. El aire libre y el verde
Toda persona necesita del aire libre y de zonas verdes. Ello tiene una incidencia directa en su salud, su bienestar, el equilibrio entre el cuerpo y la mente.
Por eso, si desde el departamento apenas se siente el viento y falta luz, o si el patio del PH es muy exiguo y todo de cemento, hay ahí otro motivo para mudarse.
Con la ayuda de Di Mitrio Inmobiliaria vas a sentir que estás acompañado en cada momento relacionado con cambiar de propiedad. Y verás que mejoran uno o más aspectos de tu vida.